lunes, 1 de febrero de 2010

LOS HACHE DE PE


Todos sabíamos que tras esa boquita de piñón y sus ojillos de gorrión se esconde una mujer con mucha mala leche y muy pocos escrúpulos. Alumna aventajada de la escuela política del aznarismo, Esperanza Aguirre encarna uno de los bastiones de la derecha española, por sus planteamientos ideológicos y sus maneras de expresarlos. Representa, también, a un determinado tipo de políticos que están proliferando en demasía en nuestra democracia, los que alcanzan el poder con prácticas bastardas y fraudulentas y lo mantienen a costa de acuchillar a quien se les ponga por delante.

Ahora sabemos un poco más: que es una zafia deslenguada, y que por mucho que se disculpe no puede perdonársele que se dirija al alcalde de todos los madrileños llamándole “hijo de puta”.

Es un calificativo muy castizo y muy español. Incluso, según el tono y el momento, puede tomarse en plan amistoso o admirativo. Pero es inadmisible en una persona pública, que fue nada menos que ministra de educación.

De todo ello sabemos bastante los castellonenses, pues aquí tenemos otro preboste de la derecha, del mismo corte político que la madrileña y con tics semejantes. Igual de histriónico y lenguaraz, accedió al poder de la Diputación con prácticas poco claras que están siendo estudiadas judicialmente – los censos ilegalmente hinchados de determinadas localidades clave de la provincia -, y lo mantiene, según él mismo pregona, utilizando el todo vale.

Y, como a su correligionaria, le pierde su boquita, que utiliza la misma soez expresión para insultar a su enemigo político, esta vez el representante de la oposición.

Tienen que saber que con estos hache de pe a quienes insultan es a todos los ciudadanos.

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