martes, 6 de abril de 2010

SERÁ


Será: futuro imperfecto del verbo ser. Ni presente, ni pasado: futuro; y, además, imperfecto, con lo que tiene de incierto e inacabado.

Será…, del verbo ser. Un término que alude a la esencia de las cosas y al devenir de los acontecimientos, pero tan difuso él que hasta lo usamos como auxiliar de otros, para llenarlo de contenido.

Este ‘será’ es el que ha dado el sentido justo a las últimas declaraciones de Rajoy a propósito de la baja (temporal) del PP de Jaume Matas, exministro de Aznar, expresidente del gobierno balear y ‘ambaixador’ de la Comunidad Valenciana; posiblemente mañana inquilino de algún centro penitenciario. Ha dicho Rajoy: “El Partido Popular será implacable en la lucha contra la corrupción”.

Hay que fijarse bien y entenderlo en todo su sentido: será, en futuro. No es ni ha sido, sino será, y no sabemos cuándo ni cómo, por lo imperfecto. Y es cierto, porque hasta ahora ha sido y es muy condescendiente y complaciente; incluso, vergonzosamente cómplice, y lo de implacable suena a cachondeo. Ha eludido responsabilidades compartidas, con silencios clamorosos; ha tratado de desviar la atención; ha ensalzado públicamente a personas de todos conocidas incursas en graves procesos judiciales, y, llegado el caso, ha movido los hilos necesarios para manejarlos a su conveniencia partidista.

Será implacable. ¡Vaya sarcasmo!