lunes, 25 de octubre de 2010

POR EL MAR CORREN LAS LIEBRES


Por el monte, las sardinas. ¡Vamos a contar mentiras!

El último parte médico de la Generalitat sobre la utilización del trolebús desde el paseo Morella hasta la UJI nos arroja unas cifras de escándalo: 1,3 millones de viajeros desde que entró en servicio y un promedio mensual de usuarios de 2751…

Veamos, veamos: si nos dice que durante este mes los kilómetros que ha recorrido son 9510, en una distancia de apenas 1,5 (1480 metros para ser exactos), nos da justamente 6340 trayectos al mes, o sea, 211 diarios, o sea, 100 veces hacia arriba y otras 100 hacia abajo cada día, sábados y domingos incluidos. Pero, ¿cada cuánto pasa?, ¿cada 10 minutos durante 18 horas diarias de servicio? ¡Qué impúdicos son los números! ¡Cómo nos sacan las vergüenzas!

Pero aún hay más. Un total de 2751 pasajeros durante los 22 días lectivos del mes pasado, contabiliza la Generalitat. Si hacemos cuentas… 125 diarios. Si cada día se han realizado 211 trayectos, sale a 0,6 usuarios en cada viaje (sin contar el conductor, ¿o sí?), lo que supone que cada 5 viajes han utilizado dicho servicio 6 personas.

Si el mes de septiembre es un mes bueno, por los exámenes de la universidad, etc., ¿de dónde pueden salir esos 1,3 millones de usuarios? ¿Es que hay que justificar lo injustificable, para endulzar las obras de ese paseo recién abierto que discurre entre los árboles del parque Ribalta, muy bonito para pasear y para jugar a la petanca?

Hechas así las cuentas sólo cabe decir que aquí hay mucha mentira encerrada o este costosísimo trolebús lo utiliza el conductor (es guiado) y alguno más (a primera hora de las mañanas, los estudiantes que vienen de fuera en tren).

Tralará, lará.

miércoles, 20 de octubre de 2010

CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS


Hace cuatro años, el entonces candidato a la alcaldía de Castellón, Alberto Fabra, hizo público el compromiso que había adquirido, ante un notario, de cumplir diez promesas en las que parecía resumir lo que ofrecía a la ciudad, su proyecto político. Diez promesas que, dado el carácter trascendente de su puesta en escena, parecían diez mandamientos grabados en las tablas de la ley notarial.

Fue, sin duda, un mero acto electoralista, rallando el ridículo, cuya primera lectura hacía pensar en la poca credibilidad que él mismo otorgaba a sus propuestas. Pero quizá no era consciente de que este compromiso público podía convertirse en el rasero con el que medir los resultados de su gestión, una vez alcanzado, como así sucedió, el gobierno municipal.

Es probable que en ese momento confiara en la consecución plena de sus diez retos: eran tiempos de bonanza económica, aún no se habían dictado las resoluciones judiciales sobre las polémicas decisiones urbanísticas tomadas por él mismo con anterioridad, y aún no habían salido a la luz pública las evidentes conexiones de su partido con las tramas de corrupción.

Hoy, a menos de seis meses para comprobar en cuáles de los diez ha pecado, vamos a recordarle cómo tiene el panorama, que no diga que no se le avisa. Repasemos brevemente cada uno de ellos siguiendo el mismo orden del acta notarial:

1. Convertir el andén del parque Ribalta en el gran paseo de Castellón. Enhorabuena, señor alcalde, este compromiso, a pesar de las voces discrepantes por la violación de requerimientos de conservación patrimonial, lo ha cumplido. Con la ejecución de esa parte del trazado del trolebús ha mejorado sustancialmente una zona de nuestro querido parque, tan olvidado en otros muchos aspectos.

2. Plantar diez mil nuevos árboles por la ciudad. No sabemos cuántos, pero podemos dar por hecho que están plantados. Eso sí, habrá que descontar las múltiples palmeras que han sucumbido a la plaga, haciendo constar que cada una de ellas vale por muchos de los jóvenes plantones.

3. Ofertar cuatro mil viviendas de protección oficial. Ni cuatro mil, ni cuatro. Este mandamiento, para desgracia de la gente con menos recursos, no se ha cumplido.

4. Bonificar el cincuenta por ciento del IBI para los jóvenes que adquieran su primera vivienda y para los pensionistas con rentas mínimas. Tras el último acuerdo de subida de los impuestos municipales, recordar este compromiso parece un sarcasmo.

5. Dotar a Castellón de dieciséis campos de fútbol con césped artificial, además de culminar la ciudad deportiva. ¿Dónde están? Otro mandamiento incumplido, y van tres.

6. Convertir la antigua Fábrica Dávalos en un gran centro de ocio para adolescentes. El edificio sigue en pie, y no hay visos de que se esté construyendo algo. Se promocionaron algunas consultas para recoger sugerencias, porque no se tenía ni idea de lo que se quería hacer, y eso que en el programa socialista se les daban suficientes pistas. Nuevo fiasco.

7. Conectar, mediante el TVR, la UJI, el centro y el Grao con una frecuencia de cinco minutos. Dado el ritmo que llevan las obras y la falta de financiación por parte de la Generalitat, aún nos faltan diez años para que este compromiso se vea cumplido, ¡y sólo le quedan seis meses!

8. Colocar veinte nuevas esculturas en la ciudad. Objetivo cumplido: lo penoso es que ha convertido la ciudad en el museo Ripo, y que dada la escasez de recursos financieros del Ayuntamiento algunas de estas esculturas, por lo majestuosas y costosísimas, nos parecen una cruel obscenidad.

9. Crear un complejo de empresas sostenibles, sociales e innovadoras con condiciones ventajosas en la Ciudad del Transporte. La primera noticia de este compromiso se ha dado esta misma semana, anunciando que en breve se va a aprobar el proyecto urbanístico de ampliación. Ni siquiera están puestas las bases jurídicas, así que ¿para cuándo las prometidas empresas?

10. Proyectar el Gran Parque de los Niños, junto al Peri 18, y el gran Parque del Deporte, al lado de la Roda Este. Este último puede decirse acabado, pero en el primero, el Parque de San José, lo único que se pasean enseñoreadas son ratas como conejos alrededor de desagües inmundos.

Esperamos que el señor alcalde tenga suficientes motivos para realizar un sentido acto de contrición. ¿O es que también va a echarle la culpa al de siempre?

miércoles, 13 de octubre de 2010

LAS ENCUESTAS SON PARA INTERPRETARLAS


No todas, por supuesto. Las hay – como algunas pagadas por los partidos para darse autobombo o generar opinión - , que la interpretación de sus resultados ha sido pactada en el contrato y, por tanto, sobran las especulaciones.

Otras, no: se las supone serias y sin sesgos espurios, y sus resultados merecen una cierta atención. Una de éstas es la última del CIS, que ofrece un repunte en la preocupación por el paro como principal problema de nuestra sociedad y una bajada de intención de voto al PSOE mientras la del PP se mantiene intacta, lo que da una diferencia de un 13% a favor del partido de Rajoy. Es el precio que tiene que pagar un gobierno cuando toma decisiones muy difíciles para salir de una situación de crisis como la que estamos padeciendo. Esperamos que los signos de la recuperación sean lo suficientemente visibles para que la sociedad valore en su justa medida, antes de la próxima confrontación electoral, que los esfuerzos no han sido en vano. Además, la reciente remodelación del equipo de gobierno va a suponer un revulsivo que la sociedad no dejará de percibir, y la estabilidad conseguida gracias a los pactos con otras fuerzas parlamentarias van a dar un plus de credibilidad que, sin duda, será valorado positivamente en próximos sondeos.

Otra muy interesante es la publicada el pasado 10 de octubre por uno de los diarios nacionales de mayor tirada con ocasión de la celebración del Día de la Comunidad Valenciana y realizada por Metroscopia sobre las cuestiones políticas de mayor calado para los valencianos. Tiene, sin duda, suficientes garantías de rigor en sus resultados y merece interpretarla con cierto detenimiento e, incluso, especular con alguno de ellos. El diario ya resaltaba las valoraciones más significativas, que nos atrevemos a resumir:

La primera, la opinión casi unánime de la sociedad valenciana sobre la necesidad de que la Generalitat haga algo ante la situación económica y la elevada tasa de paro: le reclama que deje de mirar hacia otro lado y le exige un plan de choque. Los encuestados parecen no saber que al gobierno del PP en la Generalitat le vienen muy bien los datos del paro, siempre que pueda endosárselos en el debe del gobierno de Madrid. La encuesta del CIS lo corrobora.

Otra interpretación reveladora, al hilo de la anterior, se refiere a la sensación de parálisis que se tiene del Consell, de la bajísima valoración de sus responsables, de la ínfima puntuación de la gestión de la Educación y de su conseller, Font de Mora. Es, con mucho, el servicio con mayores deficiencias.

Como tercer dato, el aumento significativo de la apreciación de la corrupción como un problema al alza de nuestra sociedad. Un problema que, lejos de amainar, cuenta cada día con nuevas tramas, como la que parece vislumbrarse en la conselleria de Rafael Blasco y las subvenciones millonarias a ciertas fundaciones.

Pero, con todo, las interpretaciones anteriores, de carácter general, no añaden nada que no se supiera de antemano. Sólo dan credibilidad a otras cuestiones de la encuesta cuya valoración tiene más interés por cuanto se refieren a un ámbito territorial menor, a nuestra ciudad y provincia.

Entremos a especular mínimamente sobre los porcentajes de conocimiento y las valoraciones que los encuestados otorgan a nuestros líderes locales, pues van a ser protagonistas dentro de unos meses en una nueva contienda electoral. Se trata de inferir, pues los datos de la encuesta no están territorializados provincialmente. Pero partiendo de la distribución de la muestra utilizada (1000 encuestados, de los que 300 eran de Castellón, 300 de Alicante y 400 de Valencia), nos permiten realizar esclarecedoras interpretaciones nada aventuradas. Veamos el caso:
El porcentaje de conocimiento por los encuestados del candidato socialista y actual portavoz municipal Juan María Calles es el 11%, es decir, que de las 1000 personas encuestadas, solamente saben quién es 110. Pobre resultado, se pudiera decir; pero si valoramos este dato sabiendo que con toda probabilidad casi todas son de Castellón (el grado de conocimiento de Calles fuera de su ámbito de actuación política debe ser ínfimo), el porcentaje se eleva a más del 30%, lo que indica un nivel de conocimiento nada despreciable.

No ocurre lo mismo con su oponente y actual alcalde Alberto Fabra, que muestra un porcentaje de conocimiento del 54%. Con dos periódicos locales a su disposición, una televisión local y las autonómicas a su servicio, no es de extrañar que el grado de conocimiento de su persona por los castellonenses sea superior al 80%, lo que eleva el porcentaje para los del resto de valencianos al 40%.

No queda la cosa aquí. La clave nos la da la valoración que de unos y otros otorgan los encuestados a diversos políticos valencianos. La de Calles, en alza, supera con creces la media de los valorados, mientras que las de los Fabra, Alberto y Carlos, los sitúan en los dos últimos lugares de la lista, con puntuaciones que causan rubor, a pesar de los homenajes y demás parafernalias.

Podrá decirse que es una interpretación sesgada, pero la gente los conoce, ¡vaya si los conoce!