domingo, 1 de marzo de 2009

BOCINAZO


Jugando con el absurdo y el esperpento, los hermanos Marx lograban mantener un endiablado ritmo en la acción haciendo que Harpo, el mudo, en ciertos momentos y sin venir a cuento entrara en escena e hiciera sonar su estruendosa bocina.

Este bocinazo paranoico sólo es posible imaginarlo de la mano de estos genios de la comedia, y cualquier imitación puede resultar infantil e incluso mema.

Nuestro inefable conseller Font de Mora, que quiere a toda costa pasar a los anales de la historia de la educación – y a fe mía que lo va a conseguir -, se ha puesto una carnavalesca peluca rizada y ha soltado su particular bocinazo, con el fin de distraer la atención del personal, a ver si se olvida, aunque sea momentáneamente, de las embestidas judiciales por las que está pasando el PP valenciano, con Camps a la cabeza, con motivo de la investigación de la trama de corrupción política.

Lo cierto es que el personal, cual espectador en un circo de tres pistas, no sabe dónde mirar: si a Madrid, a Valencia o a Castellón, que en todas hay espectáculo, para que venga este imitador marxiano (que me perdone, pero no lo he podido evitar) diciéndonos que después de la movida de Educación para la Ciudadanía en inglés ahora le toca el turno al chino mandarín como asignatura optativa.

La gente no le ha hecho ni caso, pero - ¡cuidado! - es muy posible que el año próximo veamos por los centros (públicos, se entienede) a alguien que por un euro nos quiera vender algún curso.

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